viernes, 16 de enero de 2009

Play

Hoy Felipe me comentó que quiere un discman, pero que ya ni la Sony los vende. ¡Primero las polaroids, ahora los discman!, dije, sin mencionar a tantos otros artefactos que la industria ha dejado atrás como si nada. El impacto de la vertiginosa evolución de la tecnología en cuanto a reproducción musical no repercute sólo en que la música que escuchamos ya no provenga de objetos palpables y se haya perdido cierta mística de, por ejemplo, tener un disco, frente al llevar música en aparatitos ínfimos que en contacto con un computador pueden quedar fácilmente en blanco. La implacable evolución también repercute en nuestra (mi) relación con lo que escucho.

Me acuerdo cuando iba en metro con mi discman. En ese entonces, era bastante bueno, e impresionaba a varios con su modernidad. No tenía nada del otro mundo, salvo un diseño medio futurista y tecnología anti-saltos, no como la mayoría, en que se sentía el movimiento del cd. Llevaba generalmente dos discos, a lo más tres. Los escuchaba enteros, o casi enteros, cuando tenía muchas ganas de escuchar cierta canción y adelantaba. Me parecía una maravilla.

Luego pasé a un mp3 más bien grande, con pila, en que cabían unas 20 canciones cuando mucho. Uf, qué exelente poder escuchar música que no tenía en cds, qué maravilla poder escuchar música tan variada. No podía entender cómo antes me aguantaba un disco entero, todo del mismo grupo, cómo podía andar acarreando el discman y los discos, y para colmo la cuestión usaba dos pilas AA, frente a una pila AAA del mp3.

Más tarde vino otro mp3. Más lindo, más chico, con muchísima más capacidad. Unas 70 canciones. Era el paraíso, podía guardar suficiente música como para tener algo apropiado para cada ocasión. ¿Mucho sueño en la mañana? Podía elegir entre Celia Cruz, Supernova 1 y 2, Juan Luis Guerra, Locomía y Ex para despertarme. ¿Muy cansada en la tarde para cosas tan prendidas? Bowie, Beirut, Alanis, Doors, y un cuanto hay para ir más relajada. ¿Fue un mal día? ¿Ando cortavenas? Radiohead, Air, y la cancioncita triste que necesitara para ir mirando por la ventana del metro, que en la mayor parte de mi viaje a la Universidad no es subterráneo, con cara de teleserie (no quise decir de emo, puaj!). Más de 70 canciones para regodearme. Obvio que me daba con algunas y no pasaba ordenadamente por todas, pero después de unos días me aburrían y elegía otro grupito con el que quedaba pegada. Cuando me pasaba eso, recordaba las 20 canciones que llevaba en el mp3 anterior, y no entendía cómo no me aburrían antes. Tantas mañanas escuchando Love in a trash can, No tiene talento pero es buena moza, Razorblade, Rain, y otras tantas, sin parar.
Ahora llegué a otro nivel. En mi mp4 cabe tanta música, que no lo tengo lleno porque me cansa estar tanto rato frente al pc eligiendo canciones. El otro día se me hizo tan corto el camino de la casa de Diego a la mía, que me puse a pasear. Llevaba el mp4. Con cierta decepción, me di cuenta que pasaba de largo por más de 10 canciones seguidas, buscando algo que realmente quisiera escuchar. Cuando daba con esa canción, a veces ni terminaba de escucharla. Un click a los 2 minutos 40 segundos, más o menos, y ya me libraba de esa canción que me estaba empezando a dar lata.
Quizás la oportunidad de hacer eso sea una ventaja, algo que deba agradecerle a la tecnología. Pero entonces recuerdo momentos mucho anteriores a los que viví con el discman, recuerdo mi personal negro con líneas curvas de colores vivos en la tapa del cassette. En ese entonces me demoraba en adelantar o retroceder las canciones, cosa que se hacía bien ruidosamene, y para qué decir que había que agarrar cierta práctica para achuntarle y dejar de una la canción siguiente desde el principio exacto. Y era feliz. Antes escuchaba lo que me tocaba y me envolvía en la canción, me dejaba llevar por ella. Ahora, es todo lo contrario. Busco y busco una canción que muchas veces ni termino, intento encontrar alguna que vaya conmigo en ese momento, en lugar de dejar a la canción hacer lo suyo conmigo. Para qué hablar de la impaciencia musical que tengo ahora. Nada de escuchar discos enteros de un solo grupo, me acostumbré a hacer una selección de mis canciones preferidas, las que ni siquiera escucho juntas, porque ya 4 ó 5 canciones del mismo me cansan. Necesito más variedad, rapidez, pero no, el punk no me satisface (ni el Loco live). Nada de la mística de otros tiempos. Me da lata igual.
Y toda esta estrada fue escrita escuchando a Bowie, sólo a Bowie! :D

5 comentarios:

LV dijo...

Hmmmmm.... fue su primera reacción.

Veinte minutos después tuvo una segunda impresión y esta fue "Hmmmm".

Al tema le he dado hartas y hartas y hartas vueltas, al punto que esta semana lo comentaba con una compañera de trabajo (Ella, leal, escuchaba el primer disco de Tom Waits íntegro en su mp3). Algunos apuntes:
-Para nosotros la mística de tener un CD era como harto, pero pasar de esas portadas gigantescas y coloridas de los vinilos a las miniaturas del compacto se me antoja harto sacrílego, la verdad.
-Ahora la música no se compra, se baja. A veces se baja por canción y con eso ganamos en variedad...eclecticismo selectivo y toda la tontera, pero hay algo que, efectivamente no se siente bien al respecto.
- Una buena técnica que combina lo mejor de los dos mundos es bajar un disco antes de que sea singleado (o antes de enterarse de cuáles son los singles), así lo escuchas entero y te haces tu propia impresión del disco. Si el artista te gusta harto, igual lo vas a escuchar una y otra vez. El 2008 tuvo el Third de Portishead como botón de muestra.

-Buen post, pequeña, se aprecia la letra shiga al final.

Cariños,

L

ps. Los discman, inevitablemente, son gangsta...

Felipe Zerené dijo...

Es por eso que preferí comprarme el iPod nano antes de un mp4 cualquiera, porque metes discos enteros y ves una galería de las carátulas como en un wurlitzer. Es verdad que uno no siempre escucha los discos enteros, pero al menos cabe la posibilidad y/o la tentación.

Eso del avance dce la tecnología siempre ha sido un problema, sobretodo porque los avances son apuestas que no siempre dan fruto. Yo tuve mi personal amarillo como casi todos. Cagó y me compré un Sony negro CON PANTALLA, digital, a toda raja. NADIE tenía un personal cassette con pantallita. LLegó el cd y me regalaron un discman Sony tambien, plateado, normalito. Cagó y me compré un Recco que leía mp3 en los cds (maravilloso, aun está funcionando).
Pero hay un capítulo que muchos tienen olvidado.
Después del discman (o casi paralelamente con él) muchos vimos el futuro en el MiniDisc. Y nos comprámos un MiniDisc. Y llegó el malvado mp3 y nos mató.
Ahi me compré un mp3 StarCombo (de los primeros que llegaron a chile) por medio de los puntos de una visa (porque en las tiendas aun no se vendían). Era la envidia del barrio. 128MB unas 20 y tantas canciones. Lograba meterle 35 canciones en una calidad un poco más baja. Luego fue un Recco de 256MB. Prácticamente lo mismo.

Y la tecnología nos hizo un favor. Nació el iPod y podemos ser felices.
Tengo mi Nano de 4gb y quedo justo justo. Asique esperaré pacientemente a recibir mi primer sueldo para comprarme un iPod Classic de 320GB y poner en el toda la musica de la vida. Y poner en el la esperanza desesperanzada de que el tiempo no avance.

pep dijo...

q no escuches los discos enteros es weá tuya, cuando teniai el cd también podiai adelantar, asi q na de weás acá. yo creo q hay discos que están hechos pa escucharse enteros y tienen un orden por algo quizás te haga sentido quizás no, pero están hechos para ser escuchados enteros. otros que importa un coco.


lo q a mi me complica de verdad con esto de la modernidad y ese "algo" q no se siente bien, es empezar a sonar como las viejas culias con la filosofía de "en mi época todo era mejor" (es un problema más profundo del q tu crees)

me aterra la verdad

porque muchas veces me pasa que evito decir q las cosas eran mejor antes porque en realidad encuentro q es cierto. y me pongo a reflexionar cuánto de razón tengo y me di cuenta q inconcientemente rechazamos la modernidad, y eso nos produce un conflicto atróh con nosotros mismos porque supuestamente somos la generación q nació con la tecnología CASHAAIII. por ejemplo, eso del discman es verdad, y lo de más arriba del vinilo tb, era la raja el formato, pero lo q tb es verdad es q en el vinilo se escuchaba como la real callampa, y el discman rayaba todos los cd's y saltaba caleta (aunque tuvieran tecnología anti saltos). tu te podi enamorar de lo cool y vintage q suena el vinilo, pero teni q ser realista igual. el ipod es la raja por ej, pero yo todavia extraño mi ipod mini q está obsoleto y se me echó, entonces ya es un problema a nivel humanidad todos somos unos nostálgicos.

el otro día fui a comprar un limpia cabezal para mi vhs y ni venden, cachai? q haré con todas mis películas en ese formato?!?! toi cagá! pero es verdad que las weas se veían pésimo.

hay q ser abuelitos cool, no retrógradas






sorry el jugo de este post

pep dijo...

lo q nadie me discute es que mtv era mucho mejor antes, y ahora es una mierda

Anónimo dijo...

pussysisima!



=)!





FITO!