lunes, 17 de septiembre de 2007

Dame al menos la oportunidad de una destrucción deliciosa

Rasgarnos con uñas y dientes, permitirnos hacer lo indebido y gozarlo hasta que el pudor o el dolor lo impidieran (si es que nuestra libertad nos permitiera sentir pudor o no disfrutar el dolor), sería la única forma de demostrarte el odio que te tengo y el amor de mierda que me oprime al verte.
Si querías hacerme daño, por qué no mordiste mi médula, por qué no hiciste jirones de mi piel ni me penetraste violento, hasta hacer reventar mi interior que arde por la rabia de tu traición.
Por qué en lugar de hacerle daño a mi corazón y mi orgullo, no se lo hiciste a mi cuerpo, por qué no jugaste a Dolmancé ni mordiste mis pezones con fuerza. Quizás me hubiese dolido menos. Quizás me hubiese gustado. Como esa vez que me preguntaste si me dolía, si quería que pararas, y ni aunque hubiese estado agónica, desangrándome por el intestino, te hubiese permitido parar.
Y tú querías que te respondiera que me dolía, para entonces seguir con mayor fuerza, porque veía en el espejo que teníamos frente a nuestro dantesco espectáculo tu cara de placer cuando me retorcía y lanzaba quejidos.
¿Te duele? ¿Te duele?, me decías al oido, mordiendo mi oreja, con tus manos en mis caderas, enterrando las uñas en mi blanca carne, apretándome impetuoso contra ti. Me dolía. Hasta el orgasmo. No como tu traición, que me duele hasta el llanto amargo bajo las sábanas.

6 comentarios:

MJB dijo...

Me encantó, las palabras adecuadas, la extensión precisa. Bien, bien (mi humilde opinión).

¡que tengas un buen 18!
=*

Anónimo dijo...

aaahhhhhhhh!!
se me vinieron mil recuerdos a la menteeeeeee
te odio!
*pero fuera de eso está buenísimo
me encantó
me transportó (hasta un momento poco decoroso y bastante parecido)

un besotee
pasenlo bien en su "fonda"

Felipe Zerené dijo...

Hay dolores y dolores. Buenos y malos. Dulces y amargos.

Pero los dolores de la cuchara son OTROS dolores. Dolores deadeveras. Esos son los dolores que matan. Que acaban con uno. Dolores que en este momento carcomen lo que me va quedando de corazón, pecho, costillas, pulmones y piel.




(beso, niña)

Javier dijo...

Mm...

mabe dijo...

"Si querías hacerme daño, por qué no mordiste mi médula, por qué no hiciste jirones de mi piel ni me penetraste violento, hasta hacer reventar mi interior que arde por la rabia de tu traición."

me gustó esa parte, demás porque me gusta la palabra jirón, en fin.

un besito jesu, eres mi escritora cosmopolita favorita.

Carla Valdés Del Río dijo...

Me gustó este texto.
mis saludos