sábado, 14 de abril de 2007

Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de las gentes sociables; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras, sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo extraordinariamente bello; la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado.
La muerte en Venecia
Thomas Mann

3 comentarios:

MJB dijo...

es uno de los libros que tengo pendiente releer...
muy buena cita, tiene mucha razón.
nos vemossss

anonimo sanhueza dijo...

güau...
y probablemente esa observación (de las observaciones) vino desde el mismo lugar :/... no, no sé xD
saludos

Shadow.- dijo...

Em...
Creo que me velaron el alma.

TE ADOOROO!!

Chirimoyo.