Cuando se tienen 17 años y un amigo se mata, eso no hace madurar, hace que uno se vaya a la mierda. Pero de todo lo que eso conlleva, parece que algo bueno que saqué es la certeza de que, a pesar de todo, quiero vivir. Mucho, y con ganas. Aunque me gusta reírme y pasarlo bien, confieso ser una depresiva, confieso que no me atrevo a ir al psicólogo porque intuyo que me diagnosticarán la depresión endógena bipolar que tan bien conozco gracias a mi desequilibrado padre. Tengo llantos compulsivos y generalmente inexplicables, me dan ganas de romper cosas, de mandar a todos a la mierda, de pegarles a cada uno de ustedes. A voh también. Además, dedico mucho tiempo de mi vida a pensar (insomnio, la enormidad de Santiago y los viajes interminables…) y tengo claro que el mundo, en muchos aspectos, es un bodrio. Pero todo eso da lo mismo, o aunque sea da un poquito lo mismo, cuando paso por el Mapocho y tengo la seguridad de que por muy mal que llegue a estar, jamás me tiraría. Cuando sé que por nada de este mundo me acostaría con una sonrisa de feliz tranquilidad al saber que moriré, como Donnie Darko. Debí ver esa película cuando el Chago me habló de ella.
Justo entre los miedos de haber salido de la fácil universidad, entre tantas dudas y sensación de gran cambio, entre momentos un poco desesperantes y depresivos, entre tanta decepción por gente y ciertas situaciones, entre dudas, dudas, dudas y las típicas, ridículas a veces, y necesarias preguntas sobre “el Ser”, es bueno saber que una parte de mis ganas de vivir radica en que hay tanto por leer, escribir, comprender, sentir, conocer, criticar, hacer. Sí, tengo dudas, no sé para dónde voy, pero amo la literatura, los libros, los mundos que se conectan, que chocan, que conviven en mentes y letras abruptas, como estas, o en otras más sublimes. Y también hay personas, lugares, ¡viajes!, planes. Me he preguntado tantas veces cómo sería si el Chago estuviera acá, y no quiero que alguien se haga esa pregunta por mí. Quiero que mi vida termine cuando haya agotado lo más posible mis posibilidades, las vivencias, los proyectos y sentimientos, dentro de lo que se pueda. A ver que pasa.