martes, 29 de septiembre de 2009

El extraño estado de Las Cosas

Lo que pasa es que estoy súper confundida. Por eso me cuesta tanto todo. Escribir, hablar, pensar tranquila, tomar decisiones. Uno de los mejores despertares que tuve en el último tiempo es uno de los peores despertares que había imaginado, a veces tengo pena por las razones equivocadas, me ilusiono con cosas que me alejan de mis verdaderas ilusiones, porque mis verdaderas ilusiones son tremendas decepciones. Siento que nada está en mis manos, que tiene que pasar algo para que las cosas se ordenen, algo que sienta verdadero, que me mueva de una forma inequívoca, segura.
Me carga haber estado tanto en cama, y para colmo sintiéndome bien. Primero, resfrío, después, bronquitis aguda y finalmente una infección broncopulmonar. Lejos lo peor físicamente es el resfrío, la bronquitis me da un poco lo mismo ¡y con la infección me sentía perfecto!, pero estaba obligada a cuidarme para que no se me complicara más. Se me desordenó todo, el sueño, la rutina (en el buen sentido de rutina), los pensamientos. Me siento flotando y no me gusta, quedó todo detenido y necesito seguir, saber cómo siguió todo y en qué lugar quedo yo, mis sentimientos, mis planes. Necesito un encontrón de frente con mi vida, con el estado de las cosas, con su velocidad (!) y poder disfrutar de todo lo que amo, lo que me emociona, lo que me hace feliz y satisfecha de haber vivido otro hermoso día más. Necesito volver al camino, encontrarme con la gente acertada, ¡no más desaciertos! ¿Por qué rodearme de gente que no quiero a mi lado, que no me quiere a su lado, que no me acompaña en un camino que se trata de ser más feliz, por favor, ¡más feliz!? Encontrarme, ante todo, con cosas verdaderas.

martes, 22 de septiembre de 2009

Podría intentarlo

"Ya nadie ni nada podría herirla. Puede que la verdadera felicidad esté en la convicción de que se ha perdido irremediablemente la felicidad. Entonces empezamos a movernos por la vida sin esperanzas ni miedos, capaces de gozar por fin todos los pequeños goces, que son los más perdurables."
El árbol, María Luisa Bombal