viernes, 30 de enero de 2009

25 random things

1. Cuando era chica soñaba repetidamente que un avión caía en el patio de mi casa, pero el sueño terminaba cuando el avión estaba muy muy cerca. También soñaba seguido que un pajarito de pecho rojo estaba en la reja de mi casa cantando.
2. Tengo una bipolaridad absoluta entre la intelectualidad y la superficialidad (aunque NO, Sex & the city NO es superficial, ok?)
3. AMO los adjetivos y las exageraciones, los amo desquiciadamente.
4. Fui fanática de El mundo de Sofía, y lo tengo autografiado (igual bacán, consideremos que el autor es Noruego)
5. Saqué 4 canciones de los Beatles del mp3 que usaba hasta hace poco para reemplazarlas por 4 reggetones
6. Estoy perdidamente enamorada de Lawrence, uno de los diseñadores que sale en Mi casa tu casa.
7. Pasé por una época súper mamona y media depresiva, en que vivía en foros de internet y escribía cosas que rozan lo emo. Me acuerdo y me da entre vergüenza y riiiisa.
8. Soy todo lo opuesto a mi hermana, en serio. Piensen en cualquier característica mía, piensen en su antónimo, y esa es mi hermana.
9. Soy de gustos súper egoístas. Me carga que lo que me gusta se masifique.
10. A veces odio a la gente. No a toooodos, pero a algunos amigos (peor!). No sé, como que a veces la gente me carga, es tan pesá o tonta o rara o complicada y FILO, vayanse a la chucha, me apestan.
11. Soy pasá a caca con mi ascendencia española. Me juuuro española y como comida española y bailo flamenco (hace caleta que no) y tengo cosas típicas españolas y hasta hablo de España y ni la conozco.
12. Tengo problemas atemporales cuáticos, me acuerdo de cosas que vi/viví/escuché cuando era demasiado chica, y no porque me las hayan contado o yo las viera después, porque es imposible. No sé, es como que me colé en esta época pero soy de otra (shá).
13. Me encanta la plata, me encantaría tener caleta y tener mucha ropa y zapatos y libros y salir caleta a cosas que se pagan (cafés, pubs, restoranes, cine, teatro, operaaaa qué bacán ir a las entradas más caras)
14. Me cargan los poetillas y el ambiente poetico y la poeshia shuper loca y el engrupimiento.
15. Amo a mis perros con frenesí, en serio los amo, son lo mejor de este mundo.
16. Tengo cero instinto maternal, me cargan los niños pesados y tontos, y los encuentro a casi todos así. Pero no hay nada mejor que un cabro chico lindo y chori.
17. Me juro que no soy clasista ni nada, pero de chica que no podía ver al Pollo Fuentes porque lo encontraba rasca, me pasa lo mismo con Lushito Jara (o seeea), y caleta de gente de la tele. Rascas. Casi tan rascas como Miami y el coanimador de Sábado Gigante.
18. La verdad.... amo a Don Francisco. Es pesado y feo y le ha ido bacán, seco.
19. Odio a las feministas, pobres minas.
20. Me frustra que Steare y Albert de Candy no existan en carne y hueso. Son perfectos para mi.
21. Odio los teléfonos (fijos y celulares), me carga que suenen, me carga contestar.
22. Me junto poco con gente que encuentro bacán y me arrepiento
23. Me carga que en la cultura chupística digan capitales.
24. Me encantan los juegos de niña. Ula ula, hacer burbujas, cosas así
25. Me encantatener secretos, esconder cosas, tener papelitos y recuerditos por ahi, entre mis cosas.

La cosa esta es una cadena. Me tinca que nadie la seguirá por blog y sí por facebook, pero bueh. Cuando blog permita etiquetar, seré una persona más feliz.

viernes, 16 de enero de 2009

Play

Hoy Felipe me comentó que quiere un discman, pero que ya ni la Sony los vende. ¡Primero las polaroids, ahora los discman!, dije, sin mencionar a tantos otros artefactos que la industria ha dejado atrás como si nada. El impacto de la vertiginosa evolución de la tecnología en cuanto a reproducción musical no repercute sólo en que la música que escuchamos ya no provenga de objetos palpables y se haya perdido cierta mística de, por ejemplo, tener un disco, frente al llevar música en aparatitos ínfimos que en contacto con un computador pueden quedar fácilmente en blanco. La implacable evolución también repercute en nuestra (mi) relación con lo que escucho.

Me acuerdo cuando iba en metro con mi discman. En ese entonces, era bastante bueno, e impresionaba a varios con su modernidad. No tenía nada del otro mundo, salvo un diseño medio futurista y tecnología anti-saltos, no como la mayoría, en que se sentía el movimiento del cd. Llevaba generalmente dos discos, a lo más tres. Los escuchaba enteros, o casi enteros, cuando tenía muchas ganas de escuchar cierta canción y adelantaba. Me parecía una maravilla.

Luego pasé a un mp3 más bien grande, con pila, en que cabían unas 20 canciones cuando mucho. Uf, qué exelente poder escuchar música que no tenía en cds, qué maravilla poder escuchar música tan variada. No podía entender cómo antes me aguantaba un disco entero, todo del mismo grupo, cómo podía andar acarreando el discman y los discos, y para colmo la cuestión usaba dos pilas AA, frente a una pila AAA del mp3.

Más tarde vino otro mp3. Más lindo, más chico, con muchísima más capacidad. Unas 70 canciones. Era el paraíso, podía guardar suficiente música como para tener algo apropiado para cada ocasión. ¿Mucho sueño en la mañana? Podía elegir entre Celia Cruz, Supernova 1 y 2, Juan Luis Guerra, Locomía y Ex para despertarme. ¿Muy cansada en la tarde para cosas tan prendidas? Bowie, Beirut, Alanis, Doors, y un cuanto hay para ir más relajada. ¿Fue un mal día? ¿Ando cortavenas? Radiohead, Air, y la cancioncita triste que necesitara para ir mirando por la ventana del metro, que en la mayor parte de mi viaje a la Universidad no es subterráneo, con cara de teleserie (no quise decir de emo, puaj!). Más de 70 canciones para regodearme. Obvio que me daba con algunas y no pasaba ordenadamente por todas, pero después de unos días me aburrían y elegía otro grupito con el que quedaba pegada. Cuando me pasaba eso, recordaba las 20 canciones que llevaba en el mp3 anterior, y no entendía cómo no me aburrían antes. Tantas mañanas escuchando Love in a trash can, No tiene talento pero es buena moza, Razorblade, Rain, y otras tantas, sin parar.
Ahora llegué a otro nivel. En mi mp4 cabe tanta música, que no lo tengo lleno porque me cansa estar tanto rato frente al pc eligiendo canciones. El otro día se me hizo tan corto el camino de la casa de Diego a la mía, que me puse a pasear. Llevaba el mp4. Con cierta decepción, me di cuenta que pasaba de largo por más de 10 canciones seguidas, buscando algo que realmente quisiera escuchar. Cuando daba con esa canción, a veces ni terminaba de escucharla. Un click a los 2 minutos 40 segundos, más o menos, y ya me libraba de esa canción que me estaba empezando a dar lata.
Quizás la oportunidad de hacer eso sea una ventaja, algo que deba agradecerle a la tecnología. Pero entonces recuerdo momentos mucho anteriores a los que viví con el discman, recuerdo mi personal negro con líneas curvas de colores vivos en la tapa del cassette. En ese entonces me demoraba en adelantar o retroceder las canciones, cosa que se hacía bien ruidosamene, y para qué decir que había que agarrar cierta práctica para achuntarle y dejar de una la canción siguiente desde el principio exacto. Y era feliz. Antes escuchaba lo que me tocaba y me envolvía en la canción, me dejaba llevar por ella. Ahora, es todo lo contrario. Busco y busco una canción que muchas veces ni termino, intento encontrar alguna que vaya conmigo en ese momento, en lugar de dejar a la canción hacer lo suyo conmigo. Para qué hablar de la impaciencia musical que tengo ahora. Nada de escuchar discos enteros de un solo grupo, me acostumbré a hacer una selección de mis canciones preferidas, las que ni siquiera escucho juntas, porque ya 4 ó 5 canciones del mismo me cansan. Necesito más variedad, rapidez, pero no, el punk no me satisface (ni el Loco live). Nada de la mística de otros tiempos. Me da lata igual.
Y toda esta estrada fue escrita escuchando a Bowie, sólo a Bowie! :D

miércoles, 7 de enero de 2009

7.15 AM y todavía no me duermo

(...)
you got me so
I can't sleep at niiight

martes, 6 de enero de 2009

Momento lindo

Estaba en la terraza leyendo La pista de hielo, de Bolaño. Dejé el libro en mis piernas para pensar un rato, miré al suelo y vi un chanchito de tierra.


Pep: no lo hice bolita.