domingo, 31 de diciembre de 2006

With a little help from my friends



Se va un año, y es imposible no sentarme a pensar en tooodo lo que he vivido, en especial al ser este el año en que entré a la Universidad. Una de las primeras cosas que se me vienen a la mente son todas aquellas personas que conocí, y las que ya formaban parte de mi vida pero ahora lo hacen de una forma diferente. Por supuesto, cada una de estas personas merece una mención especial.
Comenzando por los pajaritos nuevos conocidos en la U, Elvira, amore mío, ha resultado ser una gran amiga, de esas con las que uno puede imaginarse tanto o más amigas en muchos años más, de esas amigas que realmente son un gran “aporte” en la vida, porque sé que podremos hacer muchas cosas, que juntas seremos grandes ;) jajajaja. Aunque caiga en un terrible cliché, con ella tenemos muchísimas cosas en común, y las diferencias son, más que eso, un excelente complemento.
En Halloween usé un vestido ochentero que me atrevo a decir, es el resumen y el ícono de aquella época. Mientras mi atuendo era comentado, Benja dijo que era como si estuviese disfrazada de futurista, porque yo me muevo entre los años 20 y los 70. Y ese ha sido uno de los mejores y más acertados comentarios que me han hecho. Benja, amigo frívolo y pérfido, excelente compañero para reír y hacer ponzoñosos comentarios del mundo letrado, es además una persona extremadamente fácil de querer, asertivo, confiable, divertidísimo y ante todo, MORDIBLE. Mordiscos miles para ti, amigo querido. Este 2007 se vienen muchos más.
Vámonos más al sur. Es que a la Kechu y a la Paloma yo las amo ajkadjdkasgjfdfjafg, y que no les quepa duda que Coyhaique es tierra de seres extraordinarios. Es imposible llevarse mal con la Paloma, es imposible que alguien no la adore, es imposible no reírse con ella. Cuando está ebria es lo mejor de la vida jajajajajajajaja tenía que decirlo, es que eres muy chistosa jajajajajaja, y qué ganas de haber estado más tiempo contigo, porque si adoras a Audrey Hepburn, es imposible no ser grandes amigas. Jajaja OK...
Con la Kechu lo mismo, qué ganas de pasar más tiempo con ella. Me encanta esa mezcla de chica rockera con una ternura infinita, y ¡somos tan parecidas!, y hay que hacer una noche de Kubrick, y ver fotos de los ídolos (jajaja QUÉ CHULO), y vestirnos de celeste con soquetes blancos con vuelitos y zapatos de charol MUA HUA HUA HUAAAAA y reírnos reírnos reírnos porque me río mucho con la Kechu y nada mejor que reír.
Y si no lo han hecho aún, es a esta altura que comenzarán a cuestionarse mi sexualidad porque a Maureen yo también la amoooo, pero no se equivoquen, porque si las conocieran me entenderían. Somos tan diferentes, pero al final de día tan parecidas también, y es tan bueno poder dejar de lado los prejuicios para poder tener grandes amistades como esta lo es. Ella es tan rosaaada, y tan brillaaaante, y tan aleopardaaada y romaaaantica asfdgdagfsgafdagfsa y me alegra enormemente haberla conocido. Tener inquietudes tan parecidas me da ánimo y entusiasmo, y me acerca a eso que tanto quería hacer y ser en la Universidad, pero que fue desapareciendo por el desinterés y la extremada comodidad general.
Decir que a Matías le gustan Sandro, los Beatles y Franz Fedinand, y que en la casa de Benja en las vacaciones de invierno tiré una talla de Linterna Verde y que él fue el único que la entendió, bastaría. Pero para qué escatimar palabras con el indiscutible galán de Letras (efectivamente, más tirado para las letras que para la fonética). Amante de los gatos (TIENE UNO SIN COLAAA!!! Y no se rían que a mi me encanta el Guro), inteligente, simpatiquísimo y muy gracioso, a Matías yo le tengo harto cariño. Adoro reírme cuando dice “caoh” en vez de “claro” y que se ría de mi porque yo me río de mi antes que todos jajajaja. Es bueno eso de poder reírse de uno mismo con los amigos, y con Félix Matías hay plena libertad ;) jajaja. Además, me encanta tener amigos que uno sabe que son capaces de hacer lo que quieran en su vida (pero no te pongai pajero puh ¬¬).
Y obvio que a la Trini la quiero por mucho más que su auto y su agraciado amigo del colegio jajaja. Porque la Trini es de esas amigas que está siempre, que no deja de preocuparse por los que tiene alrededor, que demuestra su cariño a cada momento. Creo que hay pocas personas tan buenas como la Trini... (consideremos que Cata Abarca está en un nivel casi fuera de lo humano... :P)
QUÉ PASA JOSUÉ. NO SUÉ. Marcela Cabrera no es la única que siente cosas especiales por Josué, porque es simplemente adorable, tiernísimo, preocupado, y por sobre todo lo demás, su mamá adora mi cabesho. Sin duda, Josué es de las personas más queribles que he conocido este año, y qué manera de conocer gente durante este 2006...
Hablando de gente querible, imposible no mencionar a Ton, una de las primeras personas que conocí en la U. No pasó mucho tiempo para que nos convirtiéramos en la mejor pareja televisiva de los últimos tiempos, y para que Ton me privilegiara con su verdadera y notoriamente muy sentida amistad y confianza.
Creo que pocas personas pueden ser una mejor compañera de vacaciones que la Fran, porque lo vamos a pasar raaaaaaaagio gooooooorda, porque la Fran es de lo más simpático y especial que respira por los parajes de PUC, porque no hay nada mejor que esas personas con las que es tan fácil llevarse bien y sentirse como si nos conociéramos hace más tiempo... así me gusta, bien livianita de sangre y amorooooosa la chicoca.
Y porque la gente lo pedía a gritos, teníamos que conocernos Manolito y yo, para así formar una excepcional pareja de letras eróticas. Pero antes que todo eso está el Manolo preocupado y confiable, que siempre tiene las palabras para hacernos sentir especiales a quienes tenemos la suerte de ser sus amigos.
Y otro que hace a sus amigos sentirse especiales, es Erwin, porque pocas personas son tan cariñosas como él. Siempre preocupado, tierno, todo un caballero (¿o niño?) de naranjo. Tan bueno e incluso inocente, tan querendón, que sufre más de la cuenta, pero que es inmensamente querido por todos sus amigos que valoramos esa transparencia y amistad que entrega a manos llenas.
Capítulo aparte es el Leo, entrañable amigo, con quien en algún momento espero podamos reír de cómo nos hicimos tan buenos amigos sin que nadie lo sepa (lo que sin duda lo hace tanto pero tanto más gracioso) y de cómo llegamos a confiar tanto el uno en el otro, cosa que le agradezco infinitamente. Quedan tantas cosas que decir, pero de todas formas espero podamos alguna vez llegar a un futuro muy lejano que imaginamos alguna vez, y seamos aún muy buenos amigos.
Y siento que me he alargado tanto (y eso que, en especial cuando noté todo el tiempo que llevaba escribiendo, debí recurrir a un casi grosero poder de síntesis), que aunque no era para nada la idea, creo que es mejor dejar esto hasta aquí, y dejar las palabras a mis viejos conocidos para más adelante.
A todos ustedes, los nombrados y los injustamente no nombrados, los quiero profunda y sinceramente. Todos, en diferentes formas, le han dado a mi vida algo nuevo que sin duda tiene que ver con que, al terminar este año, pueda decir que soy alguien más feliz. Les deseo todo lo mejor para este nuevo año, porque en serio lo merecen, porque si pudiera, en serio se los daría yo. Espero que podamos seguir siendo tan amigos en algunos casos, en otros, que podamos serlo mucho, pero muuuucho más.
Abrazos apretados para todos, mordiscos para uno, Y A CELEBRAR.







viernes, 29 de diciembre de 2006

WHITE Christmas

Si si si, ya sé cuál es el sentido real de la Navidad, pero no por eso hay que pensar que los regalos son puro materialismo, consumismo, que sólo están para que nos estresemos y gastemos plata a fin de año y blah blah blah.
De hecho, en mi infancia, algunos de los regalos más baratos fueron los que más me marcaron. Y que me marcaran así no significa que no sepa cuál es el sentido de la Navidad, sólo me permite relacionarla con grandes momentos, como son aquellos que pasé con mis amados juguetes.
Nada de regalos top de fin de año que se agotan y causan locura, nada de novedades carísimas y cosas de marca. Porque yo fui enormemente feliz con un
ula ula, uno de lo más clásicos juguetes, que sigue siendo uno de mis favoritos. Si no tengo uno es porque el último que tuve se deformó con el calor cuando viajó desde mi casa de Santiago hasta mi parcela, y quedó como huevito. Después de eso, ya estaba muy grande para comprarme uno. Qué estupidez. Prometo que me compraré otro, porque estoy segura que así seré más feliz, y a menearse se ha dicho.
Tan espectaculares como los ula ula son las
cintas de gimnasia. UFF, cómo disfruté la mía, que aún tengo, pero que ya está vieja, incluso un poco apolillada en la punta, y con algunas arrugas que no desaparecen ya que se formaron por apretados nudos que no deshice en años, hasta que me reencontré con mi cinta hace como dos años al ordenar profundamente mi pieza. Ya no la uso como antes, pero cuando voy a mi parcela, como no puedo dormirme temprano, salgo sin hacer ruido y voy a la cancha de tenis a jugar con mi cinta como lo hacía hace años. Es increíble cuando la luna está llena, porque hay luuuuz y es blaaaaanca y mi cinta azul brillante se ve increíble y hay silencio y se escuchan mis pisadas y fffffggguuuuuu de la cinta, y esta sería la revelación de un secreto sumamente guardado.
Un regalo que fue increiblemente espectacular fue un...
yoyó. Me lo regaló mi mamá, impulsada por su adicción al sube y baja de los yoyós y a los recuerdos de su infancia en que jugaba horas con ellos, porque en su época también había juguetes de moda, y así como hace unos años se pusieron de moda las acrobacias con los yoyós (yo sólo lo hago subir y bajar), cuando mi mamá era niña también hubo una época en que las calles estaban plagadas de fanáticos de este clásico de los clásicos. Y mi mamá era seca.
Cuando me lo regaló me cargó. Es grande (ni tanto, pero yo era muy chica y estaba acostumbrada a los que venían en las sorpresas de cumpleaños; esos plásticos chicos de colores chillones que en el centro tenían un autoadhesivo con un diseño como en espiral, de esos típicos para hipnotizar) y pesado y para colmo tenía el hilo muy grande para mi, que era tan bajita... Además, mi mamá se puso a jugar altiro y se entretenía más que yo y me piqué. Pero no pasó mucho tiempo para que al fin apreciara tan magno juguete, que no puede estar ausente en NINGUNA infancia. Obviamente, mi yoyó continúa en acción, y está en mi pieza, guardado muy a mano, para sacarlo todas a noches a girar mientras escucho música en mis jornadas de insomnio (que serían más cortas con un ula ula).
Otro clásico que ha vuelto a las pistas gracias a mi amiga y amore Elvira que me regaló el suyo (asgkjdggakgggajgdkagjggsakdg te amo) es ese maravilloso frasquito cilíndrico de plástico, en cuyo interior hay un líquido mágico que gracias a un mecanismo que se encuentra en la tapa del cilíndro hace... BURBUJAS. Jajaja siii, es que las
burbujas son lo máximo, cómo puede ser que los papás destruyan sus pies y sus bolsillos buscando un regalo apoteósico, siendo que el mejor regalo de todos es tan común y barato. Nada se compara al placer de hacer burbujas por las calles de mi querida Ñuñoa en primavera, y ver los colores que se forman en la burbuja !!!!! =D y ver cómo algunas nacen para trascender y sobreviven el ataque de ramas y rejas puntudas y vuelan vuelan y vuelan.
Así como me pasó con el yoyó, mi
pelota saltarina tampoco me gustó cuando me la regalaron. Nuevamente, era muy chica para usarla. Mentira. Lo que pasó es que no estaba acostumbrada, y me dio cosa al principio subirme a esa pelota gigante sin poder apoyar mis pies completamente en el suelo. Pero apenas me atreví, comenzó una era de saltos, una de las eras más entretenidas e inolvidables de mi infancia. Saltaba por todo el garage y seguía por el patio y al llegar al pasto, hasta me ponía a girar abrazando esta gran pelota con cachitos.
A menor escala pero igual de inolvidables fueron otras pelotas con las que jugué horas y horas de mi vida en el garage. La más memorable era una
pelota amarilla (!!!) que tenía un diseño maravilloso, con puntitos en relieve y en dos lados (aunque una pelota no tenga dos lados) opuestos tenía un circulo grande con una estrella al medio. La pelota no era muy grande, más chica que una de fútbol y más grande que esas de básquetbol enanas, pero lo que hizo que esta pelota pasara a la historia es cómo saltaba diossanto. Por esos saltos altísimos e inalcanzables, la bauticé como Traviesa (siii que vergüenza ponerle ese nombre... pero veamos el contexto poh, si era chica). Inolvidable también fue una pelota de Hugo (sí, de Hu-Hu-Hu-Hugo) que era amarilla también y tenía a... Hugo... y era muy liviana y grande y también daba saltos increíbles, pero se pinchó luego. Imposible olvidar la de Básquetbol de mi hermana, que tenía todas las franjas de distintos colores, y que fue un orgullo dominar, porque cuando era más chica, era muy pesada para mi y no podía jugar con ella. Cuando logré tenerla bajo mi control, pasó a ser mi compañera de juegos durante por lo menos dos horas al día.
Y así podría seguir por mucho, pero MUCHO rato más, pero mejor dejarlo para la próxima Navidad, y así no escribo tanto. Así que ya saben cuáles son los mejores regalos para cuando tengan hijos, y para el
26 de enero que estoy de cumpleaños
ajwjawjajwjajwjajwjawaja
Y el título de la entrada obviamente no es porque hable de la nieve ni la Navidad gringa ni nada, pero es que asgkjadahjgadgajshajhdakd mi apellido es tan perfecto para ciertas ocaciones...

domingo, 24 de diciembre de 2006

Patente

Amo las patentes de los autos. Disfruto verlas y pensar palabras que tengan esas dos letras, frases inmovilizadas que empiecen con esas letras, iniciales de nombres, una palabra q empiece y termine con esas dos letras, juegos de palabras variados, lo que sea. También disfruto viendo los números. Aunque lo mío son las letras, adoro encontrar patentes con números capicúa (los que se leen igual en los dos sentidos). Por lo general me encantan los números capicúa, pero más en las patentes porque tienen cuatro dígitos y por dios que perfectos son cuando tienen cuatro dígitos. Obvio que es mucho más lindo 3443 que 44, porque aunque el 44 tb cumple con la regla, es un canapé dentro de los capicúas. Igual que los que tienen los cuatro números iguales. 4444, por ejemplo, tampoco es un número muy espectacular que digamos...
Pero más genial es cuando hay dos autos cuyas letras o numeros se relacionan, como cuando vi un auto con patente NX y otro, al lado, con patente WG (NIXON Y WATERGATE!!!!), o como cuando vi un auto con un número que no recuerdo y otro a su lado con el mismo número pero de derecha a izquierda, por lo que se formó un gran capicúa de ocho dígitos.
También soy una persona inmensamente feliz cuando en la misma patente hay una relación entre letras y números, como SJ 1988 (Súper Jesu 1988, el año que nací, jajajaja), y más cuando veo una patente que esperaba ver, que había imaginado previamente por su perfección, originalidad y maravilloso significado
Y eso fue lo que me pasó hace ya varios días, cuando vi la patente más esperada de todas, la Patente de las Patentes:
RB 2666
Desde entonces, sin duda, soy una persona muchísimo más feliz.
Mi hermana, obviamente, se fija en los números mucho más que yo. Se fija si los números son primos, los suma, resta, divide, multiplica y quién sabe si hasta saca raiz cuadrada, y al hacer operaciones busca si de alguna forma esos números se convierten en un número importante, como una fecha de cumpleaños o algo así. Siempre nos reímos de lo diferentes que somos y de cómo se nota en detalles como esos.
Otras patentes destacables que recuerdo son: Un escarabajo patente KF, muy kafkiano, un auto chiquitísimo con patente XL, GL 1111, el famoso primer auto de esta familia, en el que nunca anduve porque faltaban años para que naciera, pero que es constantemente recordado como el Gran Lujo (era una lata con el motor más chanta de aquellos años), LV 55 no-sé-qué-más, que espero sea desplazada algún día por la buscada LV 55 55, EG 1973 (El Golpe, claro está), y tantas más que por qué no anoté para no olvidarlas... Podría evaluar la posibilidad de tener un cuadernillo de patentes notables...
y FELIZ NAVIDAAAAAD !!!!

sábado, 16 de diciembre de 2006

Yo también escribo sobre Pinochet, señores.

Las salidas y el flojeo de las vacaciones me han hecho dejar bastante de lado este blog, por lo que no comenté en su momento la muerte de Pinochet. Tal vez fuera mejor, para así escribir con la cabeza un poco más fría, sin las primeras impresiones sobre su misma muerte y, en especial, sobre la reacción de los chilenos.
Las reacciones me parecieron bastante fuertes, por ambos lados. En primer lugar, celebrar con tanta alegría una muerte, satirizar, reírse de la situación, tirar un ataúd encendido al Mapocho, no son poca cosa. Y la pena de los pinochetistas, la rabia y la violencia contra quienes no piensan como ellos, me impactaron más que las celebraciones, quizás porque no estamos acostumbrados a que ese sector se manifieste masivamente, quizás porque comparto más las ideas del “otro bando”.
Y aunque crea que Pinochet es una figura bastante aborrecible y la verdad es que su muerte no me entristece en lo más mínimo, intento ser objetiva en mis pensamientos.
Primero, está el tema de los honores de estado. Comparto plenamente el que no se los hayan dado y me parece que los pinochetistas deberían comprenderlo e incluso apoyar la idea. Si lo que querían era honrarlo, darle una ceremonia “digna”, con los honores de estado no se hubiese logrado. Las protestas de los antipinochetistas hubiesen sido mayores, los medios hubiesen condenado la decisión, y durante la ceremonia hubiese habido faltas de respeto bastante mayores que el que la gente celebre en otros puntos de la ciudad. Porque, a pesar de que entiendo que se molesten con las celebraciones, al menos no las hubo en o cerca de la Escuela Militar o del Hospital Militar, y en ese sentido se respetó bastante el sentir de quienes lamentaron la muerte de Pinochet.
Además, aunque está claro que Pinochet fue jefe de estado, no hay consenso sobre si fue o no presidente de Chile. El gobierno no puede pasar eso por alto y permitir los honores, y el sector que creía que Pinochet los merecía, debe ser lo suficientemente maduro para entender la figura polémica, por decir lo menos, que es Pinochet, y que lo que ellos creen puede ser absolutamente discutido por otras personas, así como ellos discuten las ideas de otros.
Y aquí pasamos al segundo tema; la intolerancia de los pinochetistas. Como dije, entiendo que se molesten con las celebraciones, pero también deben entender lo que significa esta muerte, todo lo que representa la figura de Pinochet, y el dolor de todos quienes sufrieron tantas injusticias durante el gobierno militar. Me impresionó ver a tantas personas en las noticias que decían que “su general” estaría feliz de ver cómo todo Chile lo despide con profunda pena. ¿Cómo pueden creer que “todo Chile” son las personas que, efectivamente, lo despidieron así? Y todos los que celebraban, ¿no son chilenos? Cómo puede ser que la extrema derecha aún conserve esa ceguera, esa mentalidad de anular a todos los que piensan diferente. Esas son las personas que, cuando tienen mucho poder, cometen aberraciones como ocurrió en la dictadura.
Otro tema que me llama enormemente la atención es la visión de ambos sectores de que esta muerte puede ser el primer paso a la reconciliación y la paz. ¿De qué reconciliación hablan, si al prender la tele, en todos los canales la pantalla estaba dividida en dos? Por un lado, mostraban las imágenes de la Escuela Militar, y por otro, las de Plaza Italia. Uf, qué reconciliados (imposible no mencionar que SIEMPRE mostraban a los pinochetistas a la izquierda de la pantalla y a los comunistas y gente en general que celebraba, a la derecha....).
Es cierto que la muerte de Pinochet es significativa, y de alguna forma trae un ambiente de mayor tranquilidad, pero no hablemos aún de reconciliación. Respecto a lo mismo, también escuché muchas veces en la tele a personas que decían que esto marcaba el fin de una etapa, que ahora venía el entendimiento, que no habría más batallas entre diferentes sectores ideológicos. Pero las batallas siguen. Judicialmente ya no puede hacerse nada contra Pinochet, eso está más que claro, pero las familias de los detenidos desaparecidos seguirán pidiendo justicia por un buen rato más. La “paz” que veremos será sólo porque la batalla judicial ya no será tan mediática. Si todo eso salía en las noticias era por las implicaciones de la figura de Pinochet, pero ahora los “pequeños casos” ya no llamarán tanto la atención. No importa. No por eso hay que dejar de luchar, no por eso hay que conformarse con la mediocridad de la justicia.
Si esta muerte significa “paz”, es en la medida en que nos hace ver que el tiempo ha pasado. Apenas me enteré de lo que pasó, además de sorprenderme un poco, sentí cierto alivio. Ahora las cosas están cayendo en manos nuestras, de la generación de los menores de 20, más o menos, que aunque no somos ajenos a la dictadura a pesar de no haberla vivido o de vivirla sólo durante los primeros años de nuestras vidas, es obvio que tenemos otra visión de ese periodo. Las diferencias seguirán, porque de todas formas estamos hablando de algo muy reciente en nuestra historia y no puedo ni imaginar lo fuerte que debe ser saber que nuestros abuelos, padres o tíos fueron torturados, asesinados o exiliados. Así mismo, hay muchos jóvenes que vienen de familias pinochetistas que toda su vida han escuchado las peores cosas del gobierno de Allende y que celebran la figura de Pinochet como un gran libertador en vez de dictador, y no pueden hacer menos que agradecerle el haberles enriquecido con las privatizaciones. Hay mucha gente que cree que todos los errores del gobierno militar se justifican en pos del progreso económico, y aunque no estoy para nada de acuerdo, no puedo hacer otra cosa que respetar su visión.
Pero a pesar de las diferencias ideológicas, de que no somos lejanos ni ajenos a la dictadura, somos otra generación, tenemos también otras ideas, y lo más importante, es que creo que está en nuestras manos desarrollar una mayor tolerancia. Está bien, pensamos diferente, pero no por eso vamos a sacarnos los ojos, o vamos a negar los problemas del Chile actual, que son los que deberían interesarnos y los que debemos intentar solucionar con el mayor consenso posible, en lugar de quedarnos pegados en el pasado. Ojalá podamos cambiar un poco la idea actual de política, acercarnos un poquito que sea a los griegos y rescatar esas concepciones sobre lo que es la política, y desligarla de lo económico (en la medida que se pueda) y de la pesada carga que lleva cada ideología, porque en los años que llevamos como república, tantas cosas que han ocurrido nos llevan a pensar en los partidos y las ideologías según su participación en acontecimientos pasados. No digo que comencemos de cero, pero sí somos capaces de hacer cosas nuevas, de limpiarnos un poco la cabeza y, de una vez, pensar en un bien común que va más allá que decir que lo bueno para la gente es pensar de esta forma o de esta otra.
No puedo dejar de mencionar que al ver las noticias, ví a los pinochetistas gritanto, como siempre, "(...) VIVA CHILE PI-NO-CHET", pero no puedo ni describir la risa que me dio cuando escuché que a eso agregaron "¿y la señora Lucia? TAMBIÉN!". Jajajajajajajajajajajajaja
Y por último, un videito para que vean una notable frase de Pinochet. No se la pierdan.